Intel: Una apuesta de alto riesgo entre la inteligencia artificial y los tribunales

El fabricante de semiconductores Intel se encuentra en una encrucijada estratégica. Por un lado, despliega una ofensiva agresiva para capturar una porción del lucrativo mercado de chips para IA. Por otro, enfrenta una demanda colectiva de graves implicaciones y escrutinio sobre su gobierno corporativo. Esta combinación pinta un panorama complejo para evaluar la solidez de su reciente repunte.

El precio de la acción de Intel ha experimentado una notable recuperación. Cotizando actualmente a 34,19 euros, el valor ha registrado un avance de casi un 74% desde comienzos de año. Este desempeño sitúa al título claramente por encima de sus medias móviles de 50 y 200 días, reflejando un optimismo renovado de los inversores.

Este impulso alcista se atribuye, en gran medida, a dos factores clave: un acuerdo de inversión por 5.000 millones de dólares con NVIDIA sellado en septiembre de 2025, y los cuantiosos subsidios otorgados por el gobierno de Estados Unidos. Este respaldo político y las alianzas con gigantes del sector han cimentado una mayor confianza en el papel futuro de Intel.

No obstante, este rally ha llevado la valoración a un territorio exigente. El ratio precio-beneficio (P/E) proyectado se sitúa aproximadamente en 57, un nivel que resulta difícil de sostener para una empresa consolidada del sector a menos que la ejecución de su estrategia en IA y fundición (foundry) sea prácticamente impecable.

La adquisición en IA y las sombras del gobierno corporativo

El núcleo de la estrategia de Intel pasa por fortalecer su negocio en centros de datos e inteligencia artificial, un campo dominado por NVIDIA. Para ello, la compañía ha firmado una hoja de términos no vinculante para la adquisición de SambaNova Systems, una startup especializada en chips de alto rendimiento para inferencia de IA.

SambaNova está valorada en torno a los 5.000 millones de dólares y ha captado cerca de 1.140 millones de dólares en financiación de inversores como SoftBank y Google Ventures. El movimiento busca acortar la desventaja tecnológica de Intel mediante la compra de capacidades externas.

Sin embargo, la operación está bajo lupa por un posible conflicto de intereses. El consejero delegado de Intel, Lip-Bu Tan, es también el presidente del consejo de SambaNova. Esta dualidad ha generado preguntas que, según los reportes, están siendo examinadas por Reuters. Dado que el acuerdo aún no es firme, el proceso de diligencia debida y la evaluación de estos conflictos serán determinantes para su culminación.

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Esta jugada llega, además, tras un revés reciente: Intel habría sido superada por Meta Platforms en la puja por la startup de IA Rivos, que se habría vendido por 4.000 millones de dólares. El patrón sugiere una compañía dispuesta a usar las adquisiciones para ponerse al día, pero bajo una atenta vigilancia regulatoria y de gobierno corporativo.

Una demanda colectiva con trasfondo geopolítico

En paralelo, Intel se enfrenta a un desafío legal de gran calado. El 10 de diciembre, se presentó en Texas una demanda colectiva en nombre de civiles ucranianos contra Intel, AMD y Texas Instruments.

La acusación es grave: las empresas habrían fracasado en impedir que sus chips de "doble uso" (con aplicaciones civiles y militares) terminasen integrados en armamento ruso. La denuncia menciona específicamente drones iraníes y misiles rusos KH‑101 e Iskander, supuestamente utilizados en ataques entre 2023 y 2025. Se alega "ignorancia voluntaria" por parte de las compañías respecto a los riesgos en su cadena de suministro y con distribuidores terceros.

Intel ha declarado cumplir estrictamente con las sanciones internacionales. Aun así, la empresa se arriesga a un daño reputacional significativo si los tribunales o la opinión pública concluyen que los controles fueron insuficientes. Para una corporación que depende en gran medida de contratos gubernamentales, esto trasciende un mero problema de imagen.

Contexto estratégico y expansión global

Más allá de las adquisiciones, Intel continúa con su expansión manufacturera internacional. Recientemente profundizó su cooperación con Tata Electronics en India para ampliar la producción de semiconductores en el país. Esta iniciativa se alinea con la estrategia de diversificar la fabricación fuera de China y aprovechar los programas de incentivos públicos de diversas naciones.

En otro frente legal, la compañía recibió una noticia relativamente positiva desde Europa: aunque un tribunal de la UE confirmó una decisión antimonopolio anterior, redujo la multa asociada en aproximadamente 140 millones de euros, quedando en unos 237 millones de euros. La sanción sigue siendo considerable, pero es menos onerosa que la original.

Perspectivas: El margen para el error se reduce

Los próximos meses serán cruciales. La atención se centrará en la evolución de la potencial adquisición de SambaNova, donde serán clave la diligencia debida, la resolución de los conflictos de interés y la integrabilidad tecnológica a corto plazo. Simultáneamente, la demanda en Texas será analizada minuciosamente por su potencial impacto financiero y político.

En conjunto, la combinación de una valoración elevada, un P/E ambicioso y unos riesgos legales y de gobierno corporativo crecientes deja a Intel con un escaso margen para decepcionar. Para justificar la confianza de los mercados, la empresa deberá demostrar en los próximos trimestres avances concretos y tangibles en los ingresos y beneficios generados por sus negocios de IA y fundición, yendo más allá de los anuncios de posibles adquisiciones.

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