Intel: Entre la Recuperación y la Prueba Definitiva
23.12.2025 - 16:54:07El resurgimiento de Intel durante 2025 ha sido uno de los capítulos más destacados en el sector de los semiconductores. Sin embargo, tras una impresionante subida, el valor se enfrenta ahora a un escrutinio más frío. Los analistas debaten intensamente si este repunte puede consolidarse en una tendencia alcista duradera, un debate que trasciende la cotización a corto plazo para centrarse en el éxito de su apuesta por el negocio foundry.
Partiendo de mínimos plurianuales, la acción de Intel se revalorizó más de un 80% a lo largo de 2025, superando incluso a algunos gigantes tecnológicos y rivales como AMD. Este impulso estuvo respaldado por una serie de cambios estratégicos y inyecciones de capital:
- El nombramiento de Lip-Bu Tan como nuevo CEO en marzo, tras la salida de Pat Gelsinger.
- Una inversión de 9.000 millones de dólares por parte del gobierno de EE.UU., que ahora posee un 10% de la empresa.
- Una aportación de capital de 5.000 millones de dólares de Nvidia, tras la autorización de los reguladores antimonopolio estadounidenses.
- Una financiación de 2.000 millones de dólares procedente de SoftBank.
Pese a este contexto favorable, la acción ha experimentado un retroceso desde su máximo del 3 de diciembre, cayendo aproximadamente un 18%. No obstante, se mantiene muy por encima de los niveles de principios de año. En términos de valoración, la cotización actual se sitúa un 57% por encima del inicio de 2025 y un 59% superior a la de hace doce meses. Aunque se encuentra un 18% por debajo de su máximo anual de 37,52 EUR, la distancia con el mínimo de abril sigue siendo considerable.
El consenso de Wall Street: escepticismo y división
La comunidad analítica muestra una rara división de opiniones. La recomendación media es "Mantener", con un precio objetivo promedio en torno a los 37 dólares, cercano a los niveles actuales, lo que sugiere una visión cautelosa sobre el potencial alcista inmediato.
Un desglose de las recomendaciones revela un panorama fragmentado:
- Benchmark: Recomienda "Comprar" con objetivo de 50 dólares.
- Tigress Financial: También aconseja "Comprar", con un objetivo de 52 dólares.
- Sanford C. Bernstein: Mantiene una opinión "Neutral".
- Needham & Company: Recomienda "Mantener".
De los 31 analistas que cubren el valor, solo cinco emiten una recomendación de "Compra", veinte se posicionan en "Neutral" y seis aconsejan "Vender". Esta distribución refleja un reconocimiento de los progresos, pero también la percepción de que el cambio de rumbo no está completamente garantizado.
La piedra angular: la incógnita del negocio foundry
El núcleo del escepticismo radica en la estrategia foundry de Intel. A pesar del nuevo capital y la nueva dirección, persiste un obstáculo clave: la ausencia de un gran cliente externo que valide y sostenga el modelo de negocio.
Un analista de Morningstar lo resume así: Intel termina 2025 con renovada confianza en convertirse en un fabricante de chips relevante en EE.UU., pero le falta el "gran acuerdo" que consolide definitivamente su papel en la fabricación por encargo.
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A nivel técnico hay avances, como el inicio de la producción en masa del proceso de fabricación 18A. Sin embargo, clientes clave como Apple, Nvidia o Qualcomm brillan por su ausencia. Estas empresas, estrechamente vinculadas a TSMC, ven a Intel simultáneamente como competidor y posible socio, una dualidad que complica enormemente la captación de negocio.
Resultados financieros: claroscuros
Las cifras del tercer trimestre de 2025 mostraron una leve mejoría:
- Ingresos: 13.650 millones de dólares, un 3% más interanual y por encima de los 13.100 millones esperados.
- Beneficio ajustado por acción (Non-GAAP): 0,23 dólares.
- Previsión para el Q4 2025: Beneficio por acción de 0,08 dólares.
- Perspectiva para todo 2025: Se espera una pérdida por acción de 0,11 dólares.
Estos datos indican un avance operativo, aunque la compañía proyecta pérdidas para el ejercicio completo. La capitalización bursátil ronda los 174.000 millones de dólares, con un nivel de deuda moderado (ratio deuda/patrimonio de 0,38). Los inversores institucionales controlan alrededor del 64% del capital, subrayando la importancia del valor en carteras profesionales.
El factor geopolítico: Washington como accionista
La entrada del gobierno estadounidense como accionista añade una dimensión estratégica única. Con su paquete de 9.000 millones de dólares y el 10% de propiedad, Washington busca construir una alternativa nacional a los fabricantes asiáticos.
En un contexto de tensiones con China y preocupación por Taiwán, Intel adquiere un rol estratégico como el principal candidato estadounidense para la producción avanzada de semiconductores en suelo propio. Esta situación podría generar una presión política para que las tecnológicas de EE.UU. deriven pedidos a Intel, además de otorgar a la compañía mayor influencia en debates sobre política comercial y de chips.
El próximo hito: el proceso 14A
Los analistas han identificado un objetivo claro para los próximos 12-18 meses: el proceso de fabricación 14A. Un experto de BNP Paribas estima que Intel debe asegurar al menos un gran cliente externo para este nodo en ese plazo para permitir su escalado según lo planeado.
Las implicaciones son enormes. Lograr atraer a un gigante tecnológico global sería una señal contundente del éxito de la estrategia foundry. Si fracasa, se especula con que Intel podría verse forzada a largo plazo a abandonar por completo la fabricación propia, un escenario que pondría en entredicho todo el cambio de rumbo estratégico.
El gráfico refleja esta incertidumbre: la acción cotiza un 29% por encima de su media de 200 días, pero un 6% por debajo de la media de 50 días. El RSI, en 61,8, no indica sobrecompra ni sobreventa extrema, sino más bien una fase de consolidación tras la fuerte subida.
Mirando hacia 2026
El período decisivo para Intel comienza con el cambio de año. A corto plazo, el próximo informe de resultados, previsto para el 22 de enero de 2026, ofrecerá pistas sobre la continuidad de la recuperación operativa. No obstante, a medio plazo, todo depende de si la compañía consigue firmar un contrato con un gran cliente para su proceso 14A. El éxito en este empeño transformaría la rally de 2025 en algo más que una recuperación técnica; su fracaso, sin embargo, avivaría todas las dudas sobre la viabilidad del plan actual.
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