TSMC: Un mes decisivo con riesgos y ambición

Diciembre se presenta como un mes crucial para el gigante taiwanés de los semiconductores, TSMC. Aunque su cotización en bolsa muestre una aparente calma, la compañía se enfrenta a una compleja combinación de tensiones geopolíticas y batallas legales que podrían definir su rumbo. Los inversores observan si sus ambiciosos planes de expansión en el sector de la inteligencia artificial serán suficientes para contrarrestar las amenazas que se ciernen desde Estados Unidos y China.

El calendario marca una fecha límite ineludible: el 31 de diciembre de 2025. Dentro de exactamente treinta días, TSMC perderá la autorización general estadounidense como "Usuario Final Validado" (VEU) para su planta ubicada en Nanjing, China.

La finalización de este estatus especial implica que, a partir de enero, la empresa deberá solicitar licencias de exportación individuales para importar maquinaria estadounidense destinada a la fabricación de chips. Este proceso afectará principalmente a la producción de tecnologías más antiguas, en el rango de los 12 a los 28 nanómetros. Si bien la fábrica de Nanjing representa un porcentaje de un solo dígito de los ingresos totales, los trámites burocráticos incrementarán sustancialmente la carga operativa y el riesgo de sufrir retrasos en el mantenimiento y la ampliación de las instalaciones.

La batalla por la propiedad intelectual se intensifica

Paralelamente a los desafíos regulatorios, TSMC libra otra batalla fundamental por la protección de su propiedad intelectual. La empresa ha presentado una demanda contra Wei-Jen Lo, un ex Vicepresidente Senior que se incorporó a su competidor Intel.

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La acusación es grave: existe el riesgo de que información confidencial sobre las próximas tecnologías de proceso de 2nm, A16 y A14 haya sido filtrada. Este litigio judicial subraya la extrema vigilancia con la que el líder del mercado defiende su ventaja tecnológica en chips por debajo de los 3 nanómetros. Proteger los secretos de su estrategia de I+D es vital, especialmente cuando controla más del 70% de este segmento específico del mercado.

Inversión multimillonaria frente a la adversidad

A pesar de este contexto complejo, TSMC no frena sus planes de crecimiento. Informes confirmados revelan la estrategia de la compañía: la construcción de tres nuevas plantas de fabricación de 2nm en Taiwán. La magnitud de la inversión es colosal, con un desembolso previsto de unos 28.000 millones de dólares estadounidenses (equivalente a 900.000 millones de dólares taiwaneses).

Este movimiento agresivo busca aliviar la severa escasez de suministro de chips avanzados que caracterizó el año 2025. Es, además, una señal clara para el mercado: la compañía apuesta a que la demanda impulsada por el auge de la IA es tan sólida que superará, a largo plazo, los riesgos geopolíticos actuales.

Con una cotización de 250,50 EUR al inicio de la semana, la acción de TSMC demuestra una notable estabilidad, situándose prácticamente en línea con su media móvil de 50 días. Por el momento, el mercado parece confiar en los sólidos fundamentales de la empresa y en el potencial de la narrativa de la inteligencia artificial. No obstante, la cuenta atrás de los próximos 30 días, hasta que expiren las licencias en China, pondrá a prueba la fortaleza de los nervios de los inversores.

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