TSMC reorienta su estrategia en Japón para priorizar la fabricación de chips de última generación

Ante la demanda insaciable de hardware para inteligencia artificial, Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el líder mundial en fabricación por contrato de semiconductores, ha tomado una decisión estratégica clave en su despliegue japonés. La compañía ha paralizado la construcción de su segunda planta en Kumamoto. El objetivo ya no es producir chips de 6 y 7 nanómetros, como se planeó inicialmente, sino reconfigurar la instalación para manufacturar semiconductores más avanzados de 4 nanómetros. Este giro subraya la velocidad a la que cambian las prioridades en el sector de los semiconductores.

Los informes indican que la decisión se tomó de manera relativamente abrupta. Para facilitar esta reorientación tecnológica, se ha procedido a retirar maquinaria pesada ya instalada en la fábrica. La lógica comercial es clara: la demanda de chips de 6nm y 7nm ha decaído, mientras que la capacidad global para procesos inferiores a 5 nanómetros —esenciales para aceleradores de IA y computación de alto rendimiento— es insuficiente.

Esta reconversión probablemente retrasará el inicio de la producción, originalmente previsto para 2027. Para TSMC, se trata de un compromiso calculado. Los chips de 4nm ofrecen márgenes más elevados y sirven a un mercado cuyo crecimiento supera actualmente la capacidad disponible. Los últimos datos de ventas respaldan esta estrategia. En noviembre de 2025, TSMC reportó unos ingresos de aproximadamente 343.600 millones de dólares taiwaneses (NTD), lo que supone un incremento interanual del 24,5%. El motor de este crecimiento es evidente: la inteligencia artificial y los smartphones de gama alta.

Expansión en paralelo y confianza analítica

Mientras redefine sus planes en Japón, TSMC avanza con su expansión en Estados Unidos. Apoyándose en el CHIPS Act, la empresa tiene previsto invertir hasta 165.000 millones de dólares en Arizona para establecer producción de chips de 2nm y 3nm.

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En los mercados, la acción de TSMC mostró una leve debilidad en la negociación previa a la apertura del viernes, cotizando alrededor de 301,50 dólares, un 1,1% por debajo del cierre anterior. Este movimiento se interpreta más como una consolidación tras una fuerte subida —la acción acumula una ganancia superior al 50% en lo que va de año— que como una señal de alarma.

El sentimiento analítico sigue siendo favorable. Bank of America ha reiterado su recomendación de compra con un precio objetivo de 390 dólares. Los analistas destacan la posición dominante e inigualable de TSMC en la cadena de suministro de IA, subrayando que los resultados trimestrales superan las expectativas. En particular, señalan que su tecnología de 3nm y sus procesos de empaquetado CoWoS carecen actualmente de alternativas tecnológicas viables.

Próximos hitos a observar

La atención se centrará ahora en los resultados del cuarto trimestre de 2025, cuya publicación está programada para el 15 de enero de 2026. Esos datos revelarán cómo TSMC planea sus gastos de capital para 2026 y qué impacto tendrá la reconversión de la planta japonesa en sus márgenes brutos.

Si la demanda de IA se mantiene en los niveles actuales, esta reorientación estratégica en Kumamoto podría actuar como un catalizador para nuevas alzas en el precio de la acción a medio plazo. En ese escenario, los objetivos de precio de los analistas, que oscilan entre 360 y 390 dólares, recuperarían protagonismo.

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