Rocket Lab: Éxitos operativos no impiden el desplome bursátil

La compañía aeroespacial Rocket Lab USA está viviendo una paradoja financiera. Mientras sus operaciones alcanzan niveles récord con 18 lanzamientos exitosos durante 2025, su cotización en bolsa ha experimentado una caída superior al 33% en el último mes. Esta divergencia entre el desempeño operacional y el comportamiento del valor genera interrogantes entre los inversores.

Los logros técnicos de Rocket Lab son innegables. La empresa ha demostrado una capacidad operativa excepcional al realizar lanzamientos desde dos hemisferios diferentes con apenas 48 horas de diferencia, utilizando sus instalaciones en Nueva Zelanda y Virginia. El ratio de éxito del 100% conseguido este año consolida a su cohete "Electron" como un vehículo espacial confiable y eficiente.

Los fundamentos financieros también muestran datos positivos en superficie. Los ingresos trimestrales han crecido un 48% interanual, alcanzando los 155 millones de dólares. Sin embargo, el mercado está haciendo caso omiso de estas cifras y del robusto libro de pedidos, concentrando su atención en un único punto de preocupación.

El programa Neutron: origen de la incertidumbre

El principal factor que explica el descontento de los inversores es el retraso en el desarrollo del cohete Neutron. El primer vuelo de este lanzador de clase media, inicialmente previsto para 2026, ha sido pospuesto, generando escepticismo sobre la capacidad de crecimiento futuro de la empresa.

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Las implicaciones de este retraso son significativas:

• Las proyecciones de ingresos asociadas a esta nueva plataforma pierden credibilidad
• La ventaja competitiva frente a otras empresas del sector se ve comprometida
• La narrativa de crecimiento a largo plazo muestra señales de debilidad

La ausencia temporal del Neutron priva a Rocket Lab de participar en el lucrativo mercado de cargas útiles más pesadas, limitando su potencial expansión.

El segmento de defensa: un rayo de esperanza

En contraste con las preocupaciones sobre Neutron, el área de defensa emerge como un elemento estabilizador. El cohete HASTE, diseñado específicamente para pruebas suborbitales de tecnología hipersónica, ha completado satisfactoriamente seis misiones hasta la fecha. Esta trayectoria posiciona favorablemente a la compañía para futuros contratos militares y misiones relacionadas con la seguridad nacional.

Conclusión: la paciencia de Wall Street se agota

El caso de Rocket Lab ilustra cómo los mercados financieros pueden penalizar a empresas tecnológicamente competentes cuando surgen dudas sobre su horizonte de crecimiento. La compañía necesita demostrar que puede replicar con el Neutron la eficiencia operativa lograda con el Electron. Mientras la rentabilidad siga siendo esquiva y los calendarios de desarrollo sufran modificaciones, la acción mantendrá su perfil de alto riesgo, independientemente de sus logros técnicos.

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