Rocket Lab consolida su alianza con Japón en un año récord de lanzamientos

La empresa aeroespacial Rocket Lab USA ha dado un paso más en su estrategia de expansión de contratos gubernamentales. El reciente éxito de su primera misión dedicada para la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) no solo refuerza su credibilidad como socio de confianza para programas espaciales internacionales, sino que también amplía su impresionante secuencia operativa. Este hito plantea una pregunta clave para los inversores: ¿qué impacto tiene este logro en la ya dinámica narrativa de crecimiento de la compañía?

El pasado 14 de diciembre, Rocket Lab completó con éxito la misión "RAISE And Shine" desde su complejo de lanzamiento en Mahia, Nueva Zelanda. El vehículo de lanzamiento Electron desplegó el satélite RAISE‑4, de aproximadamente 110 kilogramos, en una órbita heliosíncrona a 540 kilómetros de altitud. La operación total duró alrededor de 55 minutos.

Este satélite, concebido como demostrador tecnológico, incorpora ocho cargas útiles experimentales desarrolladas por empresas, universidades e institutos de investigación japoneses. Los ensayos en órbita abarcan desde nuevos sistemas de propulsión y comunicación hasta un innovador sistema de vela de arrastre diseñado para facilitar la reentrada controlada del satélite una vez finalizada su vida útil.

Este vuelo representa el primero de dos encargos específicos dentro del "Innovative Satellite Technology Demonstration Program" de JAXA. El segundo lanzamiento, previsto para el primer trimestre de 2026, tiene como objetivo poner en órbita ocho pequeños satellites tipo Cubesat. Entre ellos destacan un satélite para la observación oceánica, varios con fines educativos y una plataforma demostrativa que incluye una antena plegable basada en técnicas de origami.

La fiabilidad como ventaja competitiva

La elección de Rocket Lab por parte de JAXA no estaba inicialmente en los planes. El satélite RAISE‑4 debía ser lanzado originalmente con el cohete japonés Epsilon‑S. Sin embargo, tras un fallo en 2022 y posteriores complicaciones en las pruebas de sus motores de combustible sólido, el programa se retrasó. La agencia japonesa optó entonces por los servicios de Rocket Lab para evitar mayores dilaciones.

Este contexto subraya el valor estratégico de la posición de Rocket Lab: la compañía se perfila como un proveedor fiable capaz de cubrir vacíos cuando los lanzadores nacionales experimentan problemas. Peter Beck, Consejero Delegado de la empresa, destacó tras la misión que habían demostrado precisión y fiabilidad para una de las agencias espaciales más prestigiosas, contribuyendo así al desarrollo del sector aeroespacial japonés.

Operativamente, este lanzamiento consolida el ritmo de actividad de la empresa. La misión para JAXA constituyó el decimonoveno lanzamiento de Rocket Lab en 2025, estableciendo un nuevo récord anual. Este dato adquiere mayor relevancia si se considera que, apenas unas semanas antes, la compañía ejecutó dos misiones con el cohete Electron en un intervalo de 48 horas, un argumento de peso en licitaciones donde la frecuencia de lanzamiento es un factor crítico.

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Una cartera internacional en expansión

La colaboración con JAXA se enmarca dentro de una clara estrategia de internacionalización. Además del segundo vuelo para la agencia japonesa, Rocket Lab ya ha asegurado un lanzamiento dedicado con su cohete Electron para la Agencia Espacial Europea (ESA) en 2026. Este movimiento consolida su rol como proveedor de servicios para programas espaciales financiados por gobiernos de distintos países.

La relación con operadores japoneses no es nueva. Según datos de la empresa, más de una veintena de misiones están reservadas hasta finales de esta década, incluyendo lanzamientos para constelaciones de compañías como iQPS y Synspective. Estos contratos recurrentes proporcionan una cartera de pedidos sólida y mejoran la predictibilidad de los ingresos futuros.

Análisis técnico y valoración de mercado

Tras el exitoso lanzamiento, la acción de Rocket Lab mantiene una tendencia alcista a pesar de cierta corrección reciente. En un horizonte de doce meses, el valor se apreció aproximadamente un 124%, y desde comienzos de año el incremento supera el 130%. No obstante, el título muestra su volatilidad inherente, con una volatilidad anualizada a 30 días en torno al 76%.

Un Índice de Fuerza Relativa (RSI) por encima de 85 indica una condición de mercado fuertemente sobrecomprada. Este dato, sumado a que el precio cotiza cerca de un 46% por encima de su media móvil de 200 días, sugiere una valoración muy optimista, que descansa en las expectativas de crecimiento futuro y en la materialización de los éxitos operativos.

Próximos catalizadores y el futuro con Neutron

El calendario operativo de Rocket Lab presenta varios catalizadores a corto y medio plazo. Aún en diciembre, está previsto un nuevo lanzamiento desde el Launch Complex 2 en Wallops Island, Virginia. Las alertas de navegación apuntan a una ventana de lanzamiento entre el 18 y el 23 de diciembre, probablemente para la misión STP‑S30 del programa de pruebas espaciales del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

En paralelo, la compañía prepara el lanzamiento del satélite de observación terrestre NEONSAT‑1A para el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST). Un primer intento el 10 de diciembre fue pospuesto para revisar datos de sensores, y aún se espera la confirmación de una nueva fecha.

A más largo plazo, el desarrollo del nuevo lanzador Neutron es fundamental para la tesis de inversión. Las pruebas de la primera unidad, apodada "Hungry Hippo", han finalizado, y el sistema ya ha sido transportado al Launch Complex 3 en el Mid-Atlantic Regional Spaceport de Virginia. Su vuelo inaugural, programado para 2026, pretende catapultar a Rocket Lab a una categoría superior en capacidad de carga y volumen de negocio.

Conclusión: Impulso gubernamental y ejecución operativa

La primera misión dedicada para JAXA representa un pilar fundamental en la estrategia de Rocket Lab para convertirse en el socio preferente de las agencias espaciales internacionales. Un récord de 19 lanzamientos en 2025, una cartera de misiones confirmadas con JAXA, ESA y clientes comerciales, y el avance hacia el cohete Neutron, respaldan un ritmo de crecimiento sólido. Para la acción, esto se traduce en un claro viento de cola operativo, si bien las fuertes revalorizaciones y el elevado RSI reflejan que el mercado ya ha descontado en gran medida la ejecución exitosa de estos planes.

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