Oracle: La paradoja de un desplome bursátil ante un récord de pedidos

La acción de Oracle presenta una situación que desconcierta a los mercados. En un contraste llamativo, el valor se ha hundido más de un 40% desde su máximo histórico de septiembre, mientras que la multinacional del software anuncia un crecimiento estratosférico en su cartera de pedidos pendientes. Este escenario sitúa a la empresa en el ojo del huracán, atrapada entre el imparable impulso de su negocio de inteligencia artificial y los crecientes temores sobre su capacidad de ejecución.

Los resultados del segundo trimestre fiscal de 2026 desmienten, en parte, el clima de desconfianza que rodea al título. Las métricas fundamentales arrojan cifras robustas, destacando un dato monumental: las obligaciones de rendimiento restantes (RPO) se dispararon un 438%, alcanzando la cifra de 523.000 millones de dólares. Este colosal volumen representa ingresos futuros garantizados, impulsados fundamentalmente por la demanda de infraestructura en la nube y de IA.

Un vistazo a las otras cifras clave del trimestre confirma la fortaleza operativa:
* Ingresos totales: 16.100 millones de dólares (un incremento del 14% interanual)
* Ingresos por servicios en la nube: 8.000 millones de dólares (un aumento del 34%)
* Beneficio por acción (Non-GAAP): 2,26 dólares (creciendo un 54%)

A pesar de este panorama, la cotización se mantiene en terreno negativo, negociándose alrededor de los 163 EUR y por debajo de sus medias móviles de 50 y 200 días.

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La sombra de OpenAI y el cambio en la dirección

El detonante principal de la reciente presión vendedora han sido los rumores sobre supuestos retrasos en megaproyectos de centros de datos para OpenAI. La preocupación del mercado radicaba en que los plazos de finalización, y por tanto la materialización de los ingresos asociados, pudieran retrasarse de 2027 a 2028. La compañía salió al paso con un desmentido formal, asegurando que no existen demoras en las instalaciones críticas para cumplir sus compromisos contractuales, lo que atenuó, pero no eliminó, la venta masiva.

Esta incertidumbre se ve agravada por un relevo en la cúpula directiva. La salida de Safra Catz el pasado septiembre ha generado dudas sobre si el nuevo liderazgo dual podrá gestionar con la misma eficacia el ambicioso plan de inversiones de 50.000 millones de dólares previsto para los próximos ejercicios.

División de opiniones entre los analistas

La compleja coyuntura ha dividido a los expertos. Por un lado, Goldman Sachs ha recortado su precio objetivo para la acción, advirtiendo sobre el riesgo de concentración que supone la alta exposición al negocio con OpenAI. Por otro, Bank of America ha reafirmado su recomendación de compra, argumentando que la descomunal cartera de pedidos es una señal de dominancia a largo plazo y considerando que la corrección en bolsa ha sido excesiva.

En definitiva, la brecha entre el rendimiento bursátil y la salud del negocio es ahora más amplia que nunca. Si la dirección logra disipar de manera convincente las dudas sobre los calendarios de sus proyectos de IA, el récord de pedidos podría catalizar una reevaluación positiva del valor. No obstante, de confirmarse cualquier contratiempo en la ejecución, el mercado podría aplicar una prima de riesgo aún mayor, prolongando la volatilidad.

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