Nvidia: ¿Se avecina una corrección en el valor de la tecnológica?

La acción de Nvidia, considerada el estandarte indiscutible de la revolución de la inteligencia artificial, está mostrando signos de fatiga en Wall Street. Una palpable tensión se ha apoderado de los inversores, provocando que la compañía perdiera cerca de 200.000 millones de dólares en capitalización de mercado en apenas una semana. Esta situación se produce a pesar de que la empresa sigue presentando resultados financieros récord. La incertidumbre se ha visto avivada por la revelación de que Michael Burry, el célebre inversor de "The Big Short", ha establecido una posición bajista contra el titán tecnológico.

El detonante de esta reciente volatilidad no reside en los fundamentales del negocio, que continúan siendo sólidos, sino en un cambio de sentimiento en el mercado. Los informes que confirman que Michael Burry, a través de su firma Scion Asset Management, ha adquirido opciones de venta (puts) sobre un millón de acciones de Nvidia, han generado una oleada de dudas.

Más allá de si se trata de una simple cobertura o de una apuesta especulativa decidida, el mensaje que percibe el mercado es contundente: una de las figuras más reconocidas del mundo de las inversiones considera que la valoración actual de Nvidia es excesiva. Este movimiento ha sembrado interrogantes sobre la capacidad del papel para mantener su meteórica trayectoria alcista.

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La amenaza competitiva se consolida

Paralelamente a la especulación financiera, emerge un desafío estructural que podría resultar incluso más significativo a largo plazo: la transformación de los principales clientes de Nvidia en sus directos competidores. Gigantes tecnológicos como Meta y Alphabet (la matriz de Google) están acelerando de forma notable el desarrollo y la implementación de sus propios chips de IA.

El objetivo de estas compañías es transparente: pretenden disminuir su dependencia de los costosos chips de alto rendimiento de Nvidia. De tener éxito esta estrategia, el escenario en el que los clientes se convierten en rivales podría ejercer una presión sustancial sobre los multiplicadores de crecimiento y los márgenes de beneficio de Nvidia en el futuro.

La batalla entre optimistas y pesimistas

En medio de este clima de pesimismo, no todos los analistas han bajado los brazos. Algunos expertos, como los de la firma Bernstein, mantienen su postura positiva y reiteran su precio objetivo de 275 dólares por acción. Para ellos, este retroceso representa una oportunidad de compra dentro de una tendencia de fondo que consideran intacta, subrayando el enorme potencial que aún ven en la empresa.

No obstante, la acción se enfrenta al llamado "efecto de la base grande". A medida que la compañía crece, es inevitable que su ritmo de expansión se normalice, lo que está impulsando a muchos traders a realizar beneficios. Con una cotización de cierre de 152,28 euros el viernes, el valor se encuentra en una zona técnica crítica. La mirada de los inversores se dirige ahora hacia la próxima feria CES de enero, con la esperanza de que los anuncios en el segmento de consumo puedan aportar nuevos impulsos y diversificar un negocio todavía muy anclado en los centros de datos.

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