Nvidia despliega una estrategia dual para dominar la infraestructura de la IA

El gigante tecnológico Nvidia está ejecutando una ofensiva simultánea en el terreno del software y la infraestructura física, con el claro objetivo de expandir su influencia más allá del suministro de hardware en el ecosistema global de inteligencia artificial. La compañía busca controlar la cadena de valor completa, desde los chips hasta la gestión de las cargas de trabajo y la operación de centros de datos.

En un movimiento paralelo que refuerza su compromiso con la infraestructura física, Nvidia está preparando su mayor inversión hasta la fecha en un centro de datos. Según revelaciones del diario económico israelí Calcalist, el proyecto tiene los siguientes detalles concretos:
- Inversión total: Aproximadamente 1.500 millones de dólares (equivalente a unos 4.840 millones de séqueles).
- Ubicación: Mevo Carmel, cerca de Yokneam.
- Superficie: Alrededor de 30.000 metros cuadrados.
- Capacidad energética: 64 megavatios.

Esta instalación, cuya finalización está prevista para aproximadamente un año y medio después de la firma del contrato, estará equipada con los últimos procesadores Blackwell de la compañía e incluirá un nuevo supercomputador. Este paso consolida la transición de Nvidia, posicionándola no solo como fabricante de semiconductores, sino también como operador directo de infraestructura crítica para la IA.

La adquisición estratégica: Tomando las riendas del software de supercomputación

El pasado 16 de diciembre, Nvidia confirmó la compra de SchedMD, la empresa desarrolladora principal del gestor de cargas de trabajo de código abierto Slurm. Este software es fundamental, ya que coordina las tareas de computación en más del 50% de los 500 superordenadores más potentes del mundo.

La adquisición tiene un significado estratégico profundo:
- Coloca a Nvidia en el centro de control del cómputo de alto rendimiento (HPC) y los clústeres de IA.
- Permite una integración más estrecha y optimizada entre el software Slurm y el hardware de GPU de Nvidia.
- La compañía ha asegurado que mantendrá Slurm como un proyecto de código abierto y neutral para los proveedores.

Con esta jugada, Nvidia intenta equilibrar dos objetivos: incrementar su control sobre el ecosistema tecnológico sin alienar a la amplia comunidad de desarrolladores que depende y valora los estándares abiertos.

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Lanzamiento de modelos y un panorama de demanda robusto

Complementando estas iniciativas, Nvidia presentó también el 16 de diciembre su familia de modelos Nemotron-3 (en variantes Nano, Super y Ultra). Estos modelos de IA están diseñados específicamente para flujos de trabajo de "IA agéntica", donde los sistemas pueden planificar y ejecutar tareas de manera autónoma. La versión Nano ya está disponible, mientras que los modelos más grandes se esperan para principios de 2026.

La demanda del sector parece inquebrantable. Un indicador clave proviene de los resultados recientes de Broadcom, que reportó un incremento interanual del 74% en sus ingresos relacionados con la IA. Los observadores del mercado interpretan estos datos como una señal de la continua fortaleza de las inversiones en hardware para IA, un dominio donde Nvidia es un actor primordial.

No obstante, existen informes que apuntan a un colosal libro de pedidos para Nvidia, con visibilidad sobre aproximadamente 500.000 millones de dólares en órdenes para sistemas Blackwell y los futuros sistemas Rubin hasta finales de 2026.

Divergencia analítica y perspectiva futura

A pesar de este panorama expansivo, la valoración bursátil de Nvidia genera debates. La acción, que cotiza alrededor de 152 EUR, acumula una subida de casi un 13% desde enero, aunque se sitúa aproximadamente un 15% por debajo de su máximo anual. Esta revalorización previa ha llevado a algunos analistas a adoptar una postura más cautelosa.

Un ejemplo claro es un analista de Seeking Alpha que rebajó su recomendación para Nvidia de "Compra" a "Mantenimiento" el 16 de diciembre, citando preocupaciones de valoración y la expectativa de que el fuerte ciclo de inversión en IA podría alcanzar su punto máximo hacia 2027.

Los próximos meses serán cruciales para evaluar la ejecución de esta estrategia dual. Los focos estarán puestos en la integración exitosa de SchedMD dentro del ecosistema de software de Nvidia y en el avance sin contratiempos de la construcción del centro de datos israelí. Técnicamente, la acción se consolida por debajo de sus máximos históricos, pero se mantiene por encima de su media móvil de 200 días.

Los próximos catalizadores importantes llegarán con el lanzamiento de los chips Blackwell Ultra y con datos concretos sobre la contribución a los ingresos de los modelos Nemotron-3 en 2026. Será entonces cuando se podrá medir el verdadero impacto financiero de la apuesta de Nvidia por controlar tanto el software como la infraestructura física de la IA.

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