Nike se juega su futuro en bolsa

Hoy es un día clave para Nike en los mercados. El coloso del sportswear publicará sus resultados trimestrales tras el cierre de la sesión, y la tensión entre los inversores es palpable. Con John Donahoe al frente, la compañía intenta ejecutar un giro estratégico. La incógnita que planea es si este plan comenzará a dar sus frutos o si, por el contrario, la acción, ya castigada, sufrirá un nuevo revés.

Cuando los datos se hagan públicos después de las 22:00 horas (CET), los analistas centrarán su atención menos en lo ocurrido y más en lo que está por venir. El elemento decisivo será la guía proporcionada para el próximo tercer trimestre fiscal. Según la banca de inversión, la previsión de ventas será el indicador más importante para determinar si la demanda ha tocado fondo. Un pronóstico sólido podría servir de catalizador para que el valor se aleje de sus mínimos anuales, mientras que una decepción probablemente reforzaría la tendencia bajista actual.

Un consenso de expectativas muy modestas

El listón para el trimestre que se presenta es extraordinariamente bajo. El consenso de analistas anticipa una caída de aproximadamente el 50% en el beneficio neto en comparación con el mismo periodo del año anterior. En cuanto a los ingresos, también se espera un retroceso, aunque más leve.

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El sentimiento previo a la publicación es muy revelador: durante los últimos meses, las estimaciones de beneficios han sido recortadas en múltiples ocasiones. Esto refleja un escepticismo considerable sobre la capacidad de Nike para proteger sus márgenes frente al aumento de costes. El mercado ya ha descontado un alto grado de pesimismo, hecho evidente en la evolución del precio del título, que ha perdido cerca de un 22% de su valor desde enero.

Los desafíos de la reestructuración

Detrás de estas cifras se esconde una compleja transformación. Bajo la estrategia denominada "Win Now", la empresa está corrigiendo errores pasados y volviendo a dar prioridad a las alianzas con mayoristas, en detrimento del modelo de venta directa puro. Sin embargo, este cambio de rumbo tiene un coste elevado.

Los expertos señalan un ajuste masivo de los inventarios. Líneas clásicas como la Air Force 1 o la Jordan 1 deben ser liquidadas de manera controlada, un proceso que, según algunas proyecciones, podría suponer cargas de miles de millones durante los próximos ejercicios. A esto se suma la espada de Damocles de posibles nuevos aranceles, que podrían mermar aún más la rentabilidad del grupo.

División de opiniones entre los profesionales

A pesar de este contexto adverso, algunas firmas de primer nivel mantienen el optimismo. Casas como Guggenheim y Bernstein han reiterado sus recomendaciones de compra, vislumbrando potencial para una recuperación. Por su parte, el mercado de opciones envía señales de precaución: la fijación de precios sugiere una posible oscilación del valor en torno a un 7% tras los resultados. El llamado "dinero inteligente" espera, por tanto, una reacción significativa, aunque la dirección sigue siendo una incógnita.

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