La polémica decisión de Trump sobre Nvidia que divide a la capital estadounidense

La acción de Nvidia se encuentra en el ojo del huracán de una crucial decisión geopolítica. Una medida del expresidente Donald Trump, tomada el 8 de diciembre, ha autorizado la exportación a China de sus potentes chips H200, imponiendo a cambio un gravamen del 25% que irá a parar a las arcas del gobierno de Estados Unidos. Esta apertura ha desatado una avalancha de pedidos por parte de gigantes tecnológicos chinos, forzando a Nvidia a evaluar una expansión de su capacidad productiva. No obstante, en Washington la resistencia es bipartidista.

El consenso analítico proyecta un futuro halagüeño para Nvidia si el acuerdo se materializa. Los analistas de Wells Fargo estiman que las exportaciones del H200 podrían incrementar los ingresos anuales de la compañía entre 25.000 y 30.000 millones de dólares, siempre que Pekín dé su visto bueno final. El sentimiento predominante en Wall Street es optimista: 50 de los 53 analistas que cubren el valor mantienen una recomendación de compra, con un precio objetivo promedio que se sitúa en 258,65 dólares. Firmas como Morgan Stanley han elevado su objetivo a 250 dólares, mientras que Melius Research lo fija en 320 dólares.

Este optimismo recibió un refuerzo indirecto el 12 de diciembre, cuando el competidor Broadcom presentó unos sólidos resultados trimestrales. Sus ingresos vinculados a la inteligencia artificial se dispararon un 74%, y su consejero delegado, Hock Tan, anticipó una nueva aceleración del gasto en IA para el año 2026.

Una reversión política con profundas implicaciones

La administración Trump ha ejecutado un giro de 180 grados en su política de controles a la exportación con esta liberación del H200. Aunque este chip no representa la última generación de Nvidia —un honor que corresponde a Blackwell y al futuro modelo Rubin—, su potencia supera en aproximadamente seis veces a la del H20, el modelo específicamente diseñado para el mercado chino hasta la fecha.

Las condiciones del acuerdo establecen claramente:
* Las ventas solo podrán realizarse a "clientes aprobados".
* Cada transacción será sometida a escrutinio por parte del Departamento de Comercio de Estados Unidos.
* Se aplicará una tasa del 25% destinada al gobierno estadounidense.
* Normativas similares regirán para los envíos de sus rivales AMD e Intel.

La reacción del sector fue inmediata. En cuestión de días, corporaciones chinas del calibre de Alibaba y ByteDance contactaron con Nvidia para realizar pedidos de gran volumen. Informaciones de Reuters del 12 de diciembre revelan que el fabricante de semiconductores ya está sopesando ampliar su capacidad de producción ante una demanda que supera la oferta actual.

Acciones de Nvidia: ¿Comprar, mantener o vender? Descarga gratuita de tu análisis de Nvidia - Obtén la respuesta que andabas buscando.

"Los proveedores de servicios en la nube y los clientes corporativos están realizando pedidos agresivos a gran escala", comenta Nori Chiou, director de inversiones de White Oak Capital Partners. La capacidad de procesamiento del H200, según Chiou, supera entre dos y tres veces a la de los desarrollos chinos más avanzados.

La oposición en Washington: un frente común

La decisión ha despertado críticas severas tanto entre republicanos como demócratas. El pasado viernes, John Moolenaar, presidente del comité sobre China en la Cámara de Representantes, solicitó al secretario de Comercio, Howard Lutnick, que ofreciera un informe detallado antes de mediados de enero.

En un escrito, Moolenaar advirtió que "autorizar chips de última generación para empresas chinas pone en peligro la ventaja estratégica que el presidente Trump consiguió durante su primer mandato". Por su parte, la senadora demócrata Elizabeth Warren tachó la medida de "fracaso colosal" y exigió que Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia, comparezca bajo juramento ante el Congreso.

La incertidumbre pendiente de Pekín

Mientras las firmas tecnológicas chinas muestran un interés inequívoco, la luz verde oficial del gobierno de China aún está por llegar. Fuentes de Reuters informan de reuniones de emergencia celebradas el 10 de diciembre, donde funcionarios debatieron la posibilidad de establecer una norma de acoplamiento: por cada chip H200 adquirido, las compañías deberían comprar una cantidad determinada de semiconductores de fabricación nacional.

China ha depositado grandes esfuerzos en el desarrollo de chips locales, con Huawei a la cabeza. Sin embargo, las alternativas domésticas siguen siendo notablemente inferiores en rendimiento, lo que plantea un dilema entre los objetivos de la política industrial y las necesidades prácticas de los desarrolladores de inteligencia artificial en el país.

Las próximas semanas serán decisivas para esclarecer cuántos chips H200 podrán finalmente cruzar el Pacífico y si Pekín autoriza su importación. Para Nvidia, la oportunidad de un impulso de ingresos de miles de millones coexiste con una considerable incertidumbre política. Se espera que el Departamento de Comercio estadounidense ofrezca los primeros detalles sobre la implementación a mediados de enero.

Nvidia: ¿Comprar o vender? El nuevo Análisis de Nvidia del 13 de diciembre tiene la respuesta:

Los últimos resultados de Nvidia son contundentes: Acción inmediata requerida para los inversores de Nvidia. ¿Merece la pena invertir o es momento de vender? En el Análisis gratuito actual del 13 de diciembre descubrirá exactamente qué hacer.

Nvidia: ¿Comprar o vender? ¡Lee más aquí!