La acción de Nvidia se enfrenta a la volatilidad: dudas sobre la IA frente a la demanda china

La cotización de Nvidia cerró la semana con una notable presión a la baja, registrando pérdidas significativas. Este movimiento no respondió a problemas específicos de la compañía, sino a un informe trimestral decepcionante de Oracle, que reavivó en el mercado los temores sobre una posible sobrevaloración del sector de la inteligencia artificial. En este contexto de escepticismo sobre la rentabilidad de las enormes inversiones, emerge paralelamente un potente impulso de demanda desde el mercado chino.

El detonante de la venta masiva fue la publicación de los resultados de Oracle, que no alcanzaron las expectativas de ingresos. Este hecho bastó para que los inversores renovaran sus dudas sobre si los colosales desembolsos en infraestructura de IA (gastos de capital o Capex) se traducirán con suficiente rapidez en beneficios tangibles. La incertidumbre se extendió por todo el sector tecnológico.

Los observadores del mercado cuestionan cada vez más si el boom inversor está respaldado de forma sostenible por los beneficios generados en la demanda final. Reflejando este estado de ánimo, el valor de Nvidia cayó un 3,24% en la sesión, hasta un precio de cierre de 149,14 euros. Con este retroceso, la acción cotiza aproximadamente un 17% por debajo del máximo que alcanzó en los últimos 52 semanas.

El optimismo de los analistas se mantiene firme

A pesar de la volatilidad a corto plazo y de la rotación sectorial, los analistas más influyentes mantienen sus valoraciones positivas sobre Nvidia. Los expertos destacan el liderazgo indiscutible de la empresa en el ámbito de los cálculos y las redes de inteligencia artificial. En particular, Bank of America reiteró su recomendación de compra, subrayando que la visibilidad de la demanda se extiende claramente hasta bien entrado el año 2026, un dato que respalda el potencial de crecimiento a largo plazo.

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Para la evolución futura del precio, dos factores resultarán determinantes. En primer lugar, los próximos informes trimestrales del sector tecnológico deberán demostrar que el auge de la IA está produciendo ganancias reales entre los clientes finales. En segundo lugar, los inversores aguardan una señal clara desde Pekín sobre las condiciones para la importación del chip H200.

China emerge como un pilar de demanda crucial

Mientras persisten las preocupaciones en el mercado estadounidense, desde Asia llegan noticias fundamentales positivas. El gobierno de Estados Unidos ha autorizado, bajo ciertas condiciones que incluyen una tasa del 25%, la exportación a China del chip de alto rendimiento H200. La demanda en el país asiático ya supera a la oferta disponible. Gigantes tecnológicos como Alibaba y ByteDance han mostrado un gran interés por este procesador, cuya potencia es seis veces superior a la del modelo H20, diseñado específicamente para el mercado chino.

Según los informes, Nvidia ya está evaluando la posibilidad de ampliar su capacidad de producción para hacer frente a esta avalancha de pedidos. Un portavoz de la empresa ha subrayado que los envíos a China no afectarán al suministro destinado al mercado estadounidense.

No obstante, persiste un factor de incertidumbre regulatoria: el gobierno chino aún no ha dado su aprobación final para la importación. En Pekín se está debatiendo la posibilidad de condicionar la compra de los chips de Nvidia a la adquisición de semiconductores de fabricación local en una proporción determinada.

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