La acción de Bloom Energy se desploma tras la advertencia de Oracle

La acción de Bloom Energy ha registrado su peor semana en meses, con una caída cercana al 20%. Este fuerte retroceso no se debe a problemas operativos internos de la compañía, sino a la creciente preocupación por el ritmo de las inversiones en infraestructura para inteligencia artificial y por la situación de uno de sus principales clientes, Oracle. Los débiles resultados del gigante tecnológico, que anunció retrasos en proyectos de centros de datos, actuaron como detonante.

A pesar del pánico en el mercado, los datos operativos de Bloom Energy continúan siendo robustos. En octubre, la empresa reportó unos beneficios de 0,15 dólares por acción, con unos ingresos de 519 millones de dólares. Estas cifras no solo superaron ampliamente las expectativas de los analistas, sino que representan un incremento del 57% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

La estrategia a largo plazo también permanece intacta. La alianza por 5.000 millones de dólares con Brookfield Asset Management para centros de datos de IA, anunciada en octubre de 2025, sigue su curso. Se espera que antes de que finalice el año se anuncie la ubicación de una instalación en Europa. El contexto de mercado es prometedor: se prevé que la demanda de energía de los centros de datos de IA en Estados Unidos alcance los 100 gigavatios para 2035, un nicho donde Bloom Energy, con sus pilas de combustible, está bien posicionada.

El informe de Oracle enciende las alarmas

El detonante de la venta masiva fue la publicación de los resultados trimestrales de Oracle. Esta empresa, que en julio de 2025 seleccionó a Bloom Energy para suministrar energía a sus centros de datos en Estados Unidos, decepcionó en todos los frentes. Sus ingresos no cumplieron con las previsiones y su flujo de caja libre se desplomó hasta los -13.000 millones de dólares en los últimos cuatro trimestres, una cifra alarmante si se compara con los +9.500 millones del ejercicio anterior.

La razón de este deterioro financiero es clara: las inversiones de Oracle en centros de datos se han triplicado, superando los 35.000 millones de dólares. Aunque en teoría esto supone una oportunidad para su proveedor de energía, los inversores interpretaron esta enorme inmovilización de capital como una señal de advertencia. El temor subyacente es que el frenesí de gasto en IA pueda no ser sostenible y esté alimentando una burbuja.

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El retraso en proyectos amplifica la incertidumbre

Posteriormente, un informe de Bloomberg añadió más leña al fuego al revelar que Oracle está retrasando la construcción de centros de datos para OpenAI, posponiendo su puesta en marcha de 2027 a 2028. Esta noticia impacta directamente a Bloom Energy, cuya asociación con Oracle, anunciada en julio de 2025, preveía las primeras instalaciones de pilas de combustible en un plazo de 90 días.

Este aplazamiento ha alimentado las dudas sobre si el ritmo actual de inversión en infraestructura de IA se mantendrá tan elevado como se anticipaba. La presión vendedora también se extendió a otras compañías beneficiarias del auge de la IA, como AMD y Vertiv.

Un mercado extremadamente volátil y sobrecomprado

La sesión del viernes cerró con la acción cotizando a 81 euros, un nivel muy inferior a los casi 103 euros en los que se negociaba el jueves. El volumen operado, de 16,2 millones de títulos, confirmó la intensidad de la corrección. Pese a la fuerte caída semanal, el valor aún acumula una revalorización superior al 255% desde comienzos de año.

Los indicadores técnicos reflejan una situación extrema: el índice de fuerza relativa (RSI) se sitúa en 92,1, un nivel que señala una condición de sobrecompra muy acusada. La valoración sigue siendo exigente, con un ratio precio-beneficio de 563 y un grado de endeudamiento próximo a 2,0. La elevada volatilidad, evidenciada por una beta de 3,0, subraya la nerviosidad que reina entre los inversores.

Los próximos resultados trimestrales de Bloom Energy serán cruciales para determinar si su cartera de pedidos resiste el embiste o si, por el contrario, la cautela mostrada por los grandes operadores de cloud comienza a materializarse.

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