La acción de AMD se enfrenta a un escrutinio de mercado

Mientras la euforia por la inteligencia artificial impulsa a numerosos valores del sector de los semiconductores, Advanced Micro Devices (AMD) experimenta una pausa en su momentum alcista. El reciente flujo de capital, incentivado por los sólidos resultados del especialista en memoria Micron, está privilegiando a aquellas compañías que ya materializan el potencial de la IA en sus estados financieros. En este contexto, AMD percibe de primera mano la creciente selectividad de los inversores ante las elevadas valoraciones vinculadas a la inteligencia artificial.

La sesión del jueves puso de manifiesto una divergencia notable dentro del sector. Las acciones de Micron registraron una fuerte subida tras publicar cifras trimestrales superiores a lo esperado, respaldadas por la alta demanda de memoria de alto ancho de banda (HBM) para aplicaciones de IA. El mercado está premiando así la capacidad de la empresa para traducir el auge de la inteligencia artificial en una mejora tangible de sus márgenes y beneficios.

AMD, por el contrario, quedó prácticamente al margen de este impulso positivo. Lejos de beneficiarse del optimismo del sector, su cotización se vio presionada a la baja. Los observadores apuntan a una posible rotación de carteras: el capital se estaría desplazando desde las historias de inversión más amplias sobre procesadores y aceleradores hacia valores especializados en memoria, donde el impacto de la IA se refleja de manera inmediata en los números.

Este comportamiento hizo que AMD cerrara la jornada con un rendimiento claramente inferior al de los principales índices de semiconductores y al de sus competidores más directos. Esta reciente debilidad se sitúa, además, en un nivel ya significativamente distanciado de su máximo anual. A pesar de registrar una apreciación de casi el 50% en los últimos doce meses, la acción se encuentra aproximadamente un 23% por debajo de su máximo de los últimos 52 semanas.

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El mercado exige pruebas tangibles del negocio de IA

La presión sobre la cotización surge en un momento en el que los inversores están sometiendo a las empresas relacionadas con la IA a un examen más riguroso sobre su capacidad real de generar beneficios. Si bien la tesis de inversión a largo plazo, centrada en el acelerador MI300 de AMD y en las futuras generaciones de IA, sigue vigente, una parte del mercado demanda ahora evidencias más claras de mejoras en los márgenes y en el flujo de caja, tal como acaba de demostrar Micron.

Algunos indicadores técnicos destacan la situación actual:

• La acción cotiza alrededor de un 11% por debajo de su media móvil de 50 días, lo que subraya el retroceso reciente.
• No obstante, aún se mantiene cerca de un 24% por encima de su media de 200 días, lo que sugiere que la tendencia alcista de fondo permanece formalmente intacta.
• El Índice de Fuerza Relativa (RSI), situado en aproximadamente 42, no señala condiciones de sobrecompra ni de sobreventa agudas, sino más bien un enfriamiento del sentimiento sin estrés extremo.

A corto plazo, predominan por tanto las presiones técnicas y de sentimiento, mientras que la narrativa estructural sobre la IA permanece inalterada en un segundo plano, aunque sujeta a una mayor exigencia de verificación.

Perspectiva técnica y próximos catalizadores

Desde una perspectiva chartista, el marcado retroceso desde los máximos ejerce un peso sobre la acción. Con una cotización actual de 175,52 EUR, el valor se sitúa claramente por debajo de su media de 50 días, pero a una distancia cómoda por encima de la línea de 200 días. Desde el punto de vista del mercado, el título está probando una zona intermedia que determinará si la corrección se mantiene dentro de la tendencia alcista vigente o si, por el contrario, se producirán nuevas cesiones.

Los próximos catalizadores claros dependen fundamentalmente de datos concretos: los próximos resultados trimestrales y posibles actualizaciones estratégicas sobre su cartera de productos de IA. Si AMD logra, de manera similar a Micron, presentar pruebas concretas de una rentabilidad creciente en su negocio de inteligencia artificial, podría inclinar de nuevo la balanza a su favor en la comparación con sus competidores. Hasta entonces, la acción seguirá siendo vulnerable a las rotaciones sectoriales y a valoraciones extremadamente focalizadas en las contribuciones a corto plazo.

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