La acción de Amazon: ¿Se avecina un cambio de tendencia en Wall Street?

Un movimiento significativo está sacudiendo los cimientos de las grandes tecnológicas. Los principales hedge funds de Wall Street han iniciado una notable reducción de sus posiciones en el selecto grupo conocido como los "Magnificent Seven", y Amazon se encuentra entre los valores más afectados por esta fuga de capital institucional. Las recientes declaraciones de propiedad obligatorias del tercer trimestre confirman esta tendencia, planteando una pregunta crucial para los mercados: ¿estamos ante el preludio de un ajuste en el sector tecnológico o simplemente es una reacción exagerada?

Esta retirada de los grandes inversores coincide con una semana cargada de eventos que podrían definir la dirección del mercado a corto plazo:

• La publicación de los primeros datos económicos oficiales tras el último cierre parcial de la administración estadounidense.
• La revelación de las actas de la última reunión de la Reserva Federal, cruciales para despejar las incógnitas sobre la futura política de tipos de interés.
• Los resultados trimestrales de Nvidia, que actuarán como termómetro de la confianza en todo el sector tecnológico.

Los números de Nvidia son particularmente relevantes. Como principal proveedor de chips para los grandes hyperscalers, su desempeño será un indicador temprano de si las multimillonarias inversiones en inteligencia artificial están empezando a rendir frutos o si, por el contrario, el sector se enfrenta a un peligroso sobrecalentamiento.

El giro estratégico de los grandes fondos

Los datos no dejan lugar a dudas: los grandes actores institucionales están reorientando su capital, alejándolo de los pesos pesados tecnológicos. Este repliegue estratégico supone una reevaluación fundamental de un sector que, hasta hace pocos meses, parecía contar con un consenso inquebrantable sobre su dominio.

Las valoraciones de Amazon y sus homólogas, consideradas hasta ahora casi inexpugnables, están siendo cuestionadas. Para la acción de Amazon, esta pérdida de convicción por parte de los grandes inversores se traduce en una presión vendedora tangible, que a menudo arrastra también a los pequeños accionistas.

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La cotización cerró la semana pasada con pérdidas sustanciales, situándose muy por debajo del máximo anual que alcanzó a principios de noviembre. Además, en la negociación previa a la apertura del lunes, los indicios apuntaban a una continuación de la tendencia bajista.

Amazon: Una dualidad en sus fundamentales

Al examinar los fundamentos de Amazon, nos encontramos con una imagen dividida. Por un lado, su división de cloud computing, Amazon Web Services (AWS), registró un sólido crecimiento del 20,2 % en el tercer trimestre, reafirmándose como la principal generadora de caja del conglomerado. Los ingentes desembolsos en inteligencia artificial e infraestructura cloud buscan, precisamente, garantizar este crecimiento a largo plazo.

Sin embargo, existe otra cara de la moneda. Esas mismas inversiones faraónicas están ejerciendo una presión considerable sobre el flujo de caja libre. Los inversores comienzan a preguntarse con creciente inquietud cuándo se materializará el retorno de estas apuestas de miles de millones de dólares. Los riesgos de ejecución son notables y la competencia en los negocios de la nube y la IA no hace más intensificarse.

En definitiva, la acción de Amazon se encuentra en una encrucijada. Sus prometedoras perspectivas tecnológicas chocan frontalmente con un Wall Street que ha adoptado una actitud más cautelosa, primando ahora la rentabilidad sobre el mero crecimiento. El devenir de la cotización —si logra revertir la situación o si, por el contrario, profundiza su caída— podría decidirse en los próximos días.

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