Franco-Nevada: ¿Están sus acciones de oro listas para una nueva etapa de crecimiento?

Franco-Nevada, uno de los gigantes canadienses del oro y referente mundial en regalías mineras, vive un momento de renovada atención en los mercados bursátiles. En los últimos tres meses, sus acciones han experimentado un crecimiento cercano al 6,5 por ciento, un desempeño sólido para una compañía expuesta al pulso del oro y la geopolítica global. La pregunta es inevitable: ¿Estamos ante una simple pausa en la escalada, o Franco-Nevada está a punto de iniciar un nuevo rally alcista?

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Las cotizaciones de Franco-Nevada han subido de forma decisiva, dejando atrás mínimos alrededor de 276 dólares y tocando picos sobre 303 dólares canadienses en el último mes. El avance ha coincidido con buenas noticias: el 10 de diciembre, el prestigioso banco RBC Capital Markets elevó su recomendación sobre las acciones, mejorando su calificación a “Outperform” y subiendo el precio objetivo de 225 a 250 dólares estadounidenses. Esta revisión provocó que los títulos de Franco-Nevada se apreciaran más de un 2% en una sola jornada, subrayando el efecto que los movimientos de analistas pueden provocar en una acción tan observada.

Pocos días antes, el 1 de diciembre, UBS había ajustado también su precio objetivo al alza, pasando de 260 a 270 dólares, a la vez que mantenía una visión favorable (“Buy”). Analistas y operadores interpretan estos movimientos como un respaldo a la fortaleza estructural del modelo de negocio de la compañía, incluso en un contexto de volatilidad para los precios del oro y las grandes Goldmine internacionales.

En el plano fundamental, Franco-Nevada presentó el pasado 4 de noviembre sus resultados del tercer trimestre. Las cifras dejaron impresiones mixtas: el beneficio neto supera ampliamente los 900 millones de dólares y la compañía mantiene una posición financiera excepcional, sin deuda neta y con una rentabilidad por dividendo calculada en torno al 0,7%. No obstante, la cautela se hizo notar en el mercado respecto a la proyección de ventas y posibles desafíos regulatorios asociados a algunos de sus activos de mayor peso, como Cobre Panamá y proyectos en Sudamérica.

¿Qué explica la resistencia de Franco-Nevada en los mercados? El secreto está en su modelo operativo: la compañía no gestiona directamente minas, sino que se especializa en acuerdos de regalías y streaming sobre Goldmine, plata y otros metales preciosos, repartidos en más de una docena de países. Esto le otorga una diversificación sin parangón y un colchón frente a los costes operativos y cambios regulatorios.

El portafolio de Franco-Nevada incluye nombres clave de la industria minera: Candelaria en Chile, Antapaccay en Perú, Goldstrike en Nevada o el enorme proyecto Cascabel en Ecuador. Además, la compañía mantiene una presencia creciente en energía y metales estratégicos, lo que la sitúa en el radar de inversores interesados no solo en oro, sino en el auge de materias primas críticas para la transición energética.

Entre los hitos recientes, destaca la incorporación de nuevas fuentes de regalías en el último año y la ampliación de acuerdos estratégicos con otras corporaciones mineras. Sin embargo, el mayor riesgo identificado por analistas reside en la exposición a países donde la estabilidad legal y fiscal no siempre está garantizada, así como en los vaivenes del precio del oro, que si bien sostiene a Franco-Nevada, puede también volverse un ancla si el ciclo se vuelve bajista.

Para los próximos meses, muchos ojos estarán puestos en la publicación de resultados del cuarto trimestre, prevista para el 15 de marzo. La tendencia actual sugiere que, salvo una sorpresa significativa, Franco-Nevada podría seguir beneficiándose de la fortaleza relativa del oro y su capacidad de generar ingresos estables vía regalías. Por el lado de las oportunidades, la posible escalada de los precios del oro y la consolidación de activos estratégicos en sectores como la plata y el cobre podrían dar nuevo impulso a las acciones.

En definitiva, Franco-Nevada vive un momento dulce, apuntalado por la confianza del mercado y el respaldo de grandes bancos. No obstante, la volatilidad propia de las Goldmine y los desafíos geopolíticos exigen prudencia. Para los inversores informados, vigilar cada dato, cada movimiento en el precio y las futuras noticias corporativas será clave para identificar el momento idóneo de entrada o salida.

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