Coca-Cola: Dos frentes abiertos que ponen a prueba su resiliencia

Considerada tradicionalmente como un valor refugio, la multinacional de bebidas Coca-Cola se enfrenta a un fin de semana cargado de incertidumbre. Dos noticias negativas impactan simultáneamente al gigante: una demanda judicial de alto perfil en el ámbito musical y una intensa guerra de precios en uno de sus mercados de crecimiento más prometedores. ¿Estamos ante una corrección inevitable o, por el contrario, la caída representa una oportunidad de compra?

Más allá de lo pintoresco del caso, la demanda presentada por los herederos de la leyenda de la música Johnny Cash supone una amenaza tangible para la imagen de marca. La denuncia federal acusa a la compañía de haber empleado una imitación no autorizada de la voz del artista en una campaña publicitaria de alcance nacional.

Este litigio se convierte en uno de los primeros casos prácticos para la nueva ley "ELVIS" en Tennessee, una legislación diseñada específicamente para proteger los derechos de imagen y voz. Los demandantes exigen no solo el cese inmediato de la campaña, sino también una indemnización por daños. Para Coca-Cola, el riesgo reputacional es significativo, ya que se la acusa de haberse aprovechado del legado cultural del "Hombre de Negro" sin haber abonado las licencias correspondientes.

La contienda en el mercado: India se encarece

Si la demanda judicial preocupa, la situación en el terreno operativo es aún más alarmante. En India, el dominio de la estadounidense se está resquebrajando rápidamente frente al avance del conglomerado local Reliance Consumer Products. Según los informes, su marca relanzada "Campa", junto con otras empresas locales, ya ha capturado aproximadamente un 15% de la cuota de mercado que antes controlaban de forma casi absoluta Coca-Cola y Pepsi.

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La respuesta desde la sede central en Atlanta ha sido defensiva y con un coste elevado: recortes agresivos de precios, fijando algunos formatos en 10 rupias (alrededor de 0,12 dólares) para no perder clientes. Esta estrategia de precios bajos envía una señal clara a los inversores: la compañía prioriza actualmente el volumen de ventas sobre el margen de beneficio. Es de prever que la rentabilidad en esta región clave se vea seriamente afectada.

Los grandes inversores toman posiciones divergentes

A pesar de esta tormenta perfecta, una constante permanece incólume: su reputación como pagador fiable. La próxima semana procederá con el desembolso del dividendo trimestral, que se sitúa en 0,51 dólares por acción.

No obstante, la confianza entre los grandes fondos de inversión no es unánime. Mientras el New York State Common Retirement Fund optó por reducir su exposición, Schroder Investment Management hizo justo lo contrario, incrementando su posición en casi un 29%.

Cerrando la semana, la cotización de la acción se sitúa en 62,99 euros, luchando por recuperar el terreno perdido desde su máximo anual de casi 69 euros. La pregunta que flota en el aire es si la tradicional fortaleza defensiva de Coca-Cola será suficiente para superar este desafío legal y la presión sobre sus márgenes en el continente asiático. El mercado espera respuesta.

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