Bloom Energy: La euforia choca con la realidad de los costes

El desplome reciente de las acciones de Bloom Energy en el mercado supone un jarro de agua fría para los inversores, tras una espectacular subida previa. La incertidumbre ha regresado con fuerza, impulsada por las últimas cifras de su socio clave, Oracle, que han puesto el foco en los desorbitados gastos que requiere la infraestructura de inteligencia artificial. El sueño de crecimiento ilimitado se enfrenta ahora a la cruda realidad de las finanzas.

Una divergencia clara define el panorama actual. Por un lado, empresas como Broadcom exhiben un crecimiento de ingresos del 65% en el segmento de IA, confirmando una demanda robusta. Por otro, los valores vinculados a la infraestructura física necesaria para sostener esa demanda están siendo castigados sin piedad. Este es el núcleo del problema para Bloom Energy: mientras la necesidad de sus servicios de energía para centros de datos de IA es innegable, la factura para construir esa capacidad se está disparando más allá de lo previsto.

Oracle, cliente estratégico y socio de Bloom, ha actuado como catalizador de esta reevaluación. Su último informe trimestral reveló un aumento masivo en su presupuesto de gastos de capital (CapEx), elevándolo en 15.000 millones de dólares hasta un total de 50.000 millones para el ejercicio completo. Más alarmante aún fue el reporte de un flujo de caja libre negativo de 13.000 millones de dólares en los últimos doce meses. Esta voraz "tasa de consumo" de capital ha encendido todas las alarmas sobre la rentabilidad y el plazo de las inversiones en las llamadas "fábricas de IA".

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La corrección técnica refleja el cambio de ánimo

El gráfico de la acción de Bloom Energy es un fiel reflejo de este cambio de sentimiento. Aunque el valor aún mantiene una ganancia superior al 234% desde enero, la corrección desde sus máximos anuales es profunda. El título ha cedido más de un 38% desde su pico de 52 semanas, situado en torno a los 123 euros, y cotiza actualmente a 76,19 euros. Este nivel significa, además, que ha perforado claramente su media móvil de 50 días, establecida en 95,66 euros.

La volatilidad ha sido la nota dominante, con una caída de aproximadamente el 12% solo en la última semana. Los analistas interpretan este movimiento como un ajuste en la aversión al riesgo. Tras la espectacular subida parabólica registrada en 2025, muchos actores del mercado están aprovechando la incertidumbre actual para tomar beneficios y rebalancear sus carteras, huyendo de los activos con mayores necesidades de financiación.

Perspectivas inciertas para un sector bajo presión

El futuro inmediato de Bloom Energy aparece nublado. La clave en el corto plazo, especialmente durante el mes de diciembre, residirá en si el precio logra estabilizarse y formar un suelo en los niveles actuales, o si, por el contrario, la presión vendedora continúa ante el pesimismo reinante en el sector de infraestructura tecnológica. El mercado necesita tiempo para digerir las implicaciones de los enormes costes que está revelando la expansión de la IA, un proceso del que Bloom, como proveedor esencial, no puede desvincularse. La sostenibilidad financiera del ritmo de crecimiento planeado es ahora el centro de todas las miradas.

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